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Centro Dental de Ortodoncia, Ortopedia Maxilar y Odontología Integral

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           Hoy voy a compartir con ustedes lectores,  una de las palabras que más asusta cuando se habla de salud. Cáncer, es un término que se emplea para un grupo de enfermedades, en donde las  células normales se transforman  en otra  y se  comporta de forma muy peligrosa para el cuerpo humano.  Es un mal que no discrimina a nadie,  es muy probable que conozcas a alguien que ha padecido cáncer, como un familiar, un pariente de algún amigo tuyo o cuando la persona afectada eres tú, entonces la palabra cáncer adquiere un nuevo significado sumamente personal y aterrador.

    Si te han diagnosticado un cáncer, deberías saber que no estás solo. La buena noticia es que hay un gran número de personas que sobreviven y pueden volver a llevar una vida normal. Lee este artículo para aprender  los cuidados  que debes llevar en tu boca, parte importante  que olvidamos.

     

    Todo paciente oncológico debería acudir a la consulta dental, antes de ser sometido al tratamiento por radioterapia, quimioterapia o a la conjunción de ambas.

     

    Tanto la quimioterapia como la radioterapia afectan la capacidad de reproducción de las células cancerosas, lo cual retarda el proceso de curación en la boca. La quimioterapia disminuye el número de glóbulos blancos y debilita el sistema inmunitario, con lo cual es más fácil que el paciente presente una infección,  se debería dejar sana una boca antes de  la quimioterapia y radioterapia.

    Las complicaciones orales son uno de los principales problemas, un 40% de los pacientes tratados con quimioterapia desarrollan  inflamación de encias,  infecciones bucales, dolor y hemorragias. Estas dan lugar a llagas, sensibilidad dental  y caries. La radioterapia en cambio lesiona directamente el tejido oral, las glándulas salivales y los huesos.

    Cuando el paciente ya comenzó su tratamiento oncológico, el tratamiento dental se debe posponer  hasta que el paciente esté estable y  los fármacos hayan sido suspendidos.

    Los dientes que necesiten una endodoncia deben  realizarse con tiempo, no deben recibir tratamiento de conductos al menos una semana antes del primer ciclo para poder valorar su éxito antes del tratamiento. Si esto no es posible se indica retirar el diente o muela, con antibiótico. Las piezas dentales con endodoncias bien realizadas,  no necesitan retratamiento ni extracción.

    Los aparatos ortodónticos deben ser retirados si el paciente tiene mala higiene oral o si el protocolo  conlleva riesgo de inflamación de encías de moderada a severa. Los aparatos fijos más simples,  retenedores y aparatos removibles  se pueden mantener si no irritan los tejidos, deben limpiarse y sumergirse rutinariamente en solución antimicrobiana.  Las prótesis removibles inadecuadas deben eliminarse. No se recomiendan nuevas placas dentales. Las prótesis libres de metal deben ser sumergidas cada noche en solución.  Dientes no restaurables, resto de raíz dental, piezas con enfermedades periodontales, dientes no visibles en boca y ocultos en los maxilares sintomáticos, dientes con importante pérdida del soporte óseo y movilidad deben ser extraídos dos semanas antes del inicio del tratamiento. Se recomienda quitar las muelas del juicio en riesgo.

    Los pacientes que van a ser tratados con ciertos medicamentos (bisfosfonatos, etc) deben ser valorados periodontalmente y recibir previamente el tratamiento apropiado, así mismo, debe de completarse toda cirugía oral. Si el paciente ha sido ya tratado y necesita un procedimiento periodontal o cirugía oral, el riesgo de que el hueso muera (osteonecrosis) debe ser discutido con el paciente y el odontólogo. 

    Si surge una emergencia dental, se debe valorar el tratamiento dental  con el oncólogo quien hará recomendaciones sobre medidas médicas de apoyo (antibióticos, transfusión de plaquetas, analgésicos, incluso admisión hospitalaria).

    Visitar al dentista mínimo una  cada 6 meses, con mayor frecuencia si existe riesgo de caries y boca seca.

    Es importante aprender cómo cuidar la boca, los dientes durante y después del tratamiento del cáncer. La buena higiene dental ayuda a prevenir las caries, las llagas en la boca y las infecciones. Un examen de salud bucal completo, toma de radiografías,  técnicas adecuadas de higiene oral, aplicación de flúoruro tópico, profilaxis, eliminar prótesis en mal estado, extraer los dientes irreparables  al menos con dos semanas antes del tratamiento, sellado de las fisuras en premolares y molares erupcionados de los niños entre otros es el primer paso.

    Como cuidados preventivos, debemos ser constantes y no bajar la guardia. Cepillar los dientes con un cepillo de cerdas blandas 2 a 3 veces por día, durante 2 a 3 minutos. Asegurarse de cepillar el área donde los dientes se juntan con las encías y enjuagar con frecuencia. Enjuagar el cepillo en agua caliente cada 15 a 30 segundos para ablandar las cerdas, si fuera necesario. Usar un cepillo dental de espuma solamente cuando no se puede usar un cepillo de cerdas común, usar un enjuague antibacteriano. Utilizar una pasta dental con sabor suave y que tenga fluoruro; otras pastas pueden irritar la boca, especialmente los de menta.

    En caso de sequedad de la boca, tomar mucha agua o adquirir un spray de saliva artificial. Limpie con hilo dental suavemente una vez al día de preferencia en las noches.

    Utilice productos labiales para evitar la sequedad y el agrietamiento. Se aconsejan cremas a base de lanolina en vez de vaselina.

    La nutrición adecuada puede ayudar al cuerpo a tolerar la tensión que produce el tratamiento de cáncer, conservar la energía, combatir la infección y reconstruir el tejido.

    Es natural que una persona, al enterarse de que tiene cáncer, sienta muchas emociones. Recuerda que, aunque puedes tener cáncer, primero eres una persona y luego un paciente. El cáncer no es tu identidad; simplemente es una enfermedad que tú estás intentando superar.  ¡Sonríele a la vida y no pierdas la Fé”

    Dra. Ma. Antonieta Cacho.
    Dr. Juan Arturo Nájera.

     

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